El Servicio de alimentos y bebidas 1
El Servicio de alimentos y bebidas
El servicio es un concepto relativamente nuevo en la
operación de AA & BB. En el siglo XIX, las personas que podían comer en
hoteles y restaurantes, generalmente no lo hacían. Cenaban en su propia casa o
en las casas de amigos. El personal domestico, comúnmente dirigido por la
señora de la casa, solía servir una variedad de alimentos, siempre acompañados
de las bebidas adecuadas; el servicio era algunas veces desde tempranas horas
de la mañana hasta altas horas de la noche.
A principios del 1800 en América el arte en el servicio de
alimentos empezó a reconocerse como una parte importante en la experiencia de
comer afuera.
Ya no era suficiente el hecho de servir un buen plato, se
debía poner en práctica el servicio con gracia y cortesía, acompañando los
alimentos con los mejores vinos en un ambiente grato.
La llegada a la hotelería del suizo Cesar Ritz, logra que
ocurrieran varios cambios en la actitud hacia el servicio de alimentos en
Europa. Durante los últimos años de la década de 1870, Ritz llegó a gerente
general de “El Gran Hotel Nacional” en Lucerna, Suiza; y muy pronto las señoras
aristócratas comenzaron a apoyar con entusiasmo los cambios en el servicio.
Eran las mismas duquesas y condesas que en ese tiempo no aparecían en los
restaurantes públicos ni salones de fiestas en las ciudades de Londres o París.
Cuando Rizt conoció a Auguste Escoffier, en 1880, se genero
un cambio en el panorama gastronómico europeo de moda. Al igual que Rizt,
Escoffier tenía estándares exactos.
Debido a que contaban con una afamada e impecable cocina, y
de un servicio con estilo, Escoffier y
Ritz eran seguidos por su clientela, incluido en ella la realeza.
Tiempo después, comer afuera era signo de
respetabilidad, y a finales del siglo en Europa, ya era apropiado e incluso
distinguido para los caballeros de elite y sus esposas el hecho de cenar en
lugares publico.
Estos cambios se hicieron principalmente por que Ritz
tenía extraordinarias condiciones para manejar gente, incluso en la clase alta
tradicional, y para coordinar el servicio y Escoffier por los inigualables
menues que creaba. Años después la señora Ritz escribió un manual sobre dicha
sociedad y su administración, así como sobre la forma adecuada de servir con
propiedad los alimentos.
La sociedad de Ritz y Escoffier, que se inicio en
Monte Carlo, fue para ambos una de las cosas mas afortunadas que les había
ocurrido en la vida, durante los primeros años que Ritz paso al “Gran Hotel Nacional” de Lucerna,
había desarrollado casi completamente sus ideas sobre lo que podría y debería
ser un servicio de lujo,
y se había convencido de la importancia de tener una soberbia organización para
un gran restaurante.
Ritz, hasta que conoció a Escoffier no había podido
dominar y aplicar a la perfección sus ideas. En cuanto a Escoffier, hasta que
conoció a Ritz, nadie había apreciado su
talento, ni se le había presentado oportunidad para mostrarlo, ya que si el
éxito de un hotel depende en parte de la cocina y el servicio, las cocinas y
los restaurantes dependen de la administración.
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